El Ejemplo De Los Jajamim


Por: Jajam Salomon Michan Shlit"a

Así se comportaba el Jafetz Jaim: cuando sospechaba que alguien quería contarle algo negativo de otra persona, inmediatamente interrumpía la plática y por supuesto que no permitía que le dijeran algún lashón hará. Y no hacía diferencias en cuanto a interrumpir la plática con gente importante, honorables, millonarios, donadores, etcétera.

En cierta ocasión, se encontraba el Jafetz Jaim viajando en una carreta con otros Yehudim. Estos hombres comenzaron a hablar mal de la gente de sus ciudades y el Jafetz Jaim les dijo que no debían hablar negativamente de los demás; pero ellos no hicieron mucho caso y siguieron hablando lashón hará.

En ese momento, el Jafetz Jaim pidió que se detuviera la carreta y, a la mitad del camino, tomó sus cosas y se bajó de ella.

—Es preferible quedarse a la mitad del camino que escuchar lashón hará —dijo el Jafetz Jaim.

Sobre Rab Elihau Lopian se cuenta que, cuando se encontraba con muchas personas en una mesa y ellos comenzaban a platicar cosas negativas de los demás, él abría un libro del Gaón de Vilna —donde se habla de la gravedad del lashón hará— y contaba la historia de Rab Itzjak Blazer, quien una vez soñó que el castigo por hablar lashón hará es muy severo en el Cielo, al grado que no podemos imaginarla. 

En una ocasión Rab Bonim de Peshisja estaba viajando por una ciudad con varios alumnos suyos. Se hospedaron con un hombre de esa población y los alumnos comenzaron a hablar sobre el Shojet que había hecho la shejitá a la carne que iban a comer. Comenzaron a preguntarse: 

—¿El shojet es bueno? ¿Tiene irat shamaim? ¿Sabe las halajot de shejitá?

En ese momento Rab Bonim de Peshisja dijo a sus alumnos:

—Ustedes se preocupan mucho por lo que entra a sus bocas; pero, ¿también se preocupan por lo que sale de ellas? 

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