La Alegría



Por: Manuel Mora Y Lina Navarro

La experiencia en el ser humano respecto al  gozo y la alegría debería percibirse como algo que puede encontrarse lo más profundo de la vida de cualquier persona. 

La alegría es una de las formas más exigentes y difíciles que podemos presentar en nuestra vida; porque cuando hablamos sobre este tema, no se trata de programarse para estar  siempre alegre y en continua diversión, más bien se trata de organizar nuestra vida de forma tal, que en el entorno en el que vivamos y entre las personas con las cuales convivamos, procuremos todo lo que esté en nuestro alcance para que los demás se sientan bien, vivan en paz, convivan a gusto y, sobre todo, sean personas tan felices que la alegría se refleje a todas horas en sus rostros.

Todos la quieren tener, pero no todos saben encontrarla con facilidad. Tal vez cueste un poco encontrarla ya que la mayoría de veces se está buscando en el lugar equivocado. Si revisamos algunos pasajes de la Tora encontraremos muchas referencias sobre la alegría.

 

Veamos un ejemplo el Rey David en sus Salmos (100:2) dice:


“Sirvan a D-os con alegría”.


Los preceptos que D-os ha mandado en la Tora nos hace un llamado a limpiar nuestra vida para poder servirle con alegría, para poder ser un ejemplo de que al convertirnos en personas espirituales y atendiendo sus mandamientos, lograremos no solamente llenar nuestra vida de alegría y felicidad sino que podremos a través de nuestro ejemplo inspirar a otros para que busquen mejorar sus vidas a través de la misma.


En Devarim 16:14,15 dice:


“Y te alegrarás en tus festividades”.


La Tora está llena de festividades que nos inspiran a estar alegres, a compartir con nuestros semejantes este noble sentimiento. El irnos perfeccionando a través de sus mandamientos produce felicidad y mejora nuestras relaciones interpersonales.


Rabenu Moshe Ben Maimon señala en Hiljot Lulav, 8:15 que la alegría es un fundamento muy importante en nuestro servicio a D-os y la falta de ella, una gran carencia.


D-os no está interesado solamente en que le sirvamos, sino también en cómo le servimos. Nuestra actitud ante este servicio es muy importante. No debemos hacerlo por carga ni por compromiso ante otro ser humano, sino llenos de amor y agradecimiento hacia nuestro Creador por las misericordias recibidas cada día.


Según el Baal Shem Tov, no hay algo que causa más daño espiritual que la falta de alegría ya que la depresión abre la puerta para todo tipo de decadencia.


Buscando sobre las causas que produce la falta de alegría me encontré con una enfermedad llamada Alexitimia que es la rara condición de vivir sin sentir emociones; una especie de "daltonismo emocional" que impide percibir y expresar los distintos matices de sentimientos que normalmente acompañan nuestras vidas. Y entender a fondo lo que implica la alexitimia podría arrojar luz acerca de muchas enfermedades graves, desde la anorexia y la esquizofrenia hasta el dolor crónico y el síndrome del intestino irritable. 


El jasidismo nos enseña que la alegría es un estado natural de cada ser humano. Es a medida que crecemos y maduramos que esa percepción de la realidad puede alterar este estado natural. La alegría y la falta de ella son resultado de como se percibe esta realidad. Por eso es necesario trabajar en esta percepción negativa para que fluya el estado natural de la alegría.


El Jajam Ben Zomá, lo expresa de una manera muy clara: “¿Quién es el rico? El que está feliz con lo que tiene.” (Pirkei Avot, 4:1). 


Aquí no se nos está haciendo un llamado a ser conformistas, tampoco a estar en desacuerdo con esa bella actitud de tener una sana ambición personal y afán por superarse. Estar contento no quiere decir estar satisfecho y estar insatisfecho no quiere decir no estar contento. 


También podemos entender que el rico es el que está feliz con lo que tiene; no sólo «conforme», sino «feliz». Es muy importante saber y reconocer que lo que cada uno tenemos proviene de D-os y es para cumplir con la misión por la cual hemos nacido, eso precisamente es lo que debe hacernos personas felices, así es que somos realmente ricos, de esta manera lo poseemos todo. Esto hace la diferencia con aquel que trabaja únicamente para cumplir con metas personales basadas en intereses personales que realmente nunca se terminan de satisfacer ni de cumplir.


Actuemos convencidos de que poseemos esa alegría personal, añadamos también la risa y vivamos esa virtud de ser felices e impregnar a otros con la hermosura de la felicidad.


Tomado Del Libro "Una Tacita De Cafè Con Musar" Redactado por los estudiantes del grupo "Benei Noaj Or LaGoim" Proyecto avalado por el Beit Midrash Rabi Moshe Ben Maimon.

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